sábado, 29 de marzo de 2014

El GÉNERO dentro de una cultura en movimiento




Una sociedad se rige de varias reglas o estructuras que forman distintas culturas, éstas tienen sus propias características que unidas forman una identidad. Estos símbolos representan una gran acumulación de conocimiento; concepto tan abstracto planteado por Christlieb (1993) que figura no sólo las ideas que podemos investigar  y retener en nuestro cerebro, sino que también reflejan nuestra relación con la realidad exterior. Pero, ¿a qué viene este planteamiento?, dado que la realidad la construimos como seres sociales que vivimos dentro de una relación mutua, y que ésta se establece entre hombres y mujeres; plantearé que este conocimiento aculturado –proceso en el que una persona cambia su cultura de manera involuntaria- puede hasta cierto punto crear en muchos de los casos, una conexión existente de diferentes inequidades o distinciones que la misma cultura social, ha formado desde la creación dentro del género. 

 Primordialmente me centraré en los problemas actuales que surgidos desde siglos y siglos atrás vienen formando diversos conocimientos e ideas en la sociedad en el tema del género. Además de plantear distintas ideas que surgen a partir de cómo estos conocimientos generan nuevos problemas en las personas provocando una reacción o una cultura nueva con nuevos conocimientos dentro de temas específicos.


  Ahora, debería de mencionar el concepto de género, dado que dentro del ensayo será usado como principal idea. Según la Real Academia Española, este concepto representa a todo el conjunto de seres que tienen uno o varios caracteres comunes. Pero ahora viéndolo un poco más social, una de las definiciones más completas de género es la desarrollada por Marta Lamas (2002) quien lo define como “el conjunto de prácticas, creencias, representaciones y prescripciones sociales que surgen entre los integrantes de un grupo humano en función de una simbolización de la diferencia anatómica entre hombres y mujeres”.

Luego, para Lerner (1986), Rubin (1997), West y Zimmerman (1999), Ramírez (2002), entre otros, el género es producto de la cultura, que se transcribe, entre otras cosas, en una identidad que los individuos adquieren a través de la socialización, pues esto determina la forma en que se relacionan con la naturaleza y el mundo social que los rodea.

  Pero también, uniendo ahora que el concepto además de ser un poco desigual, también se refleja que ha dependido mucho de la sociedad para que éste tenga un significado como lo conocemos hoy. Esta socialización, podría llamarse como una institución que controla el comportamiento humano estableciendo pautas definidas que lo canalizan en una dirección determinada (Berger y Luckmann pp.2) Entonces, ¿el género es sólo un patrón que se establece con el propósito de una interacción exitosa? Me imagino ahora que sí.
  Entiendo ahora que el género ha tenido una evolución en cuanto a su significado, desde una construcción que se basa en una diferencia sexual hasta otra más sociológica. Esta concepción inicia de la década de los cincuenta cuando el investigador John Money (1955) propuso el término “roles de género” para describir el conjunto de conductas atribuidas a los varones y las mujeres.

 Pero, ¿por qué evoluciona?, bueno, pues es evidente que el progreso del concepto se liga al desarrollo que la misma sociedad ha tenido alrededor de lo que conoce. Nuestra vida ha evolucionado en cuanto a las constantes formas de pensar y actuar determinadas al tiempo y contexto en el que las  vivimos. Las percepciones de ver el mundo no son las mismas desde los siglos pasados y junto con ellas las sensaciones de ver y entender la realidad.



  Viajando desde la Prehistoria, la Edad Media, el Renacimiento y la edad contemporánea, el género como tal se transformó no solo de actitud –discriminación hacia las mujeres, poder del hombre-  sino también de conocimiento y realidad del ser humano.

  Retomando, menciono de nuevo a  Christlieb (1993), en donde ligaría de un modo que el conocimiento junto con sus dos factores –sujeto y objeto- están dentro del campo del género, en donde un hombre o mujer son los sujetos que viven y dan sentido a sus acciones, pero también existe la vida y el mundo en donde estos sujetos tienen pensamientos y acciones que forman una realidad y son los que le dan un sentido a que el concepto género exista. Sin esta relación creo que difícilmente una idea como la que surge: hombres usan azul y mujeres rosa; exista por sí sola.

    Al estar elaborando este ensayo, surgen diversas ideas en mí que me hacen preguntarme acerca de las grandes diferencias entre dichos sujetos –hombre y mujer-. De hecho, pensaría a primera instancia que estas acciones que tomamos surgen por sí solas, pensar que el sexo fuerte es el hombre y que la mujer es la que debería de tener miedo, son estereotipos que tomamos por hechos desde que nacemos. Pero ahora creo que no.

   Cuando leí al conocido padre de la antropología simbólica del siglo XX Clifford Geertz (1996), pude analizar acerca del sentido común y de cómo se ve incorporado en las personas como una capacidad en el que pueden juzgar no razonablemente las cosas mediante las estructuras simbólicas en las que vives. Por eso, si tú creciste estructurado de una manera en la que los hombres no usan falda, de manera consciente o no, tú sabes que sólo las únicas portadoras de esta vestimenta son las mujeres. Este sentido común lo tenemos incorporado de una manera tan transparente que muchas veces ni siquiera sabemos que existe. Pero éste surge de nuestros instintos, percepciones, experiencias y necesidades que nos llama a una valoración de lo que es nuestra propia realidad.

   Cambiando un poco la idea, quiero destacar que “el género pudo llegar a existir mediante la repetición continuada de actos individuales que acabaron convirtiéndose en norma” (Judith Butler, 1990: ) reforzando esta idea, mencionaría a mi compañera Fabiola López con su comentario en el foro: “… el momento en el que se originó la idea de género y como se ha ido penetrando en las sociedades hasta el punto de crear ciertas “reglas” o “convenciones” en relación al uso de rosa y azul (juguetes, vestimentas, objetos, etcétera)” (http://cursos.iteso.mx/mod/forum/discuss.php?d=72174).

  Concuerdo con estas relaciones, ¿por qué nosotros como sociedad llegamos a tener algún código que nos diga desde que nacemos, qué es lo que podemos tener o lo que tenemos hacer de acuerdo con la diferencia sexual?, -aunque aquí entré en un juicio de valor y generalicé-  Estos problemas germinan en la mayoría de las sociedades Occidentales, sin dejar de lado a los Orientales que en mi punto de vista, se ven con rigurosas ideas machistas o distintivas gracias a las tradiciones que llevan consigo.

  Tocando el tema de la desigualdad en el concepto de género, pondría de ejemplo Alexandra Scott (2010), que en muchas partes de la India y Asia del Sur, hay una fuerte preferencia por los hijos varones. A las niñas se les puede percibir como una carga económica debido a su meno contribución hacia los ingresos y el alto coste de las exigencias de las dote; además, en la República de Corea, el 30 por ciento de los embarazos en los que se identificaron fetos femeninos fueron interrumpidos. En contraste, más del 90 por ciento de los embarazos en los que se identificaron fetos masculinos concluyeron con un nacimiento normal. 1

 


  1 UN General Assembly, 61st Session. Secretary General’s Study on Violence Against Women. Accessed from http://www.un.org/womenwatch/daw/vaw/violenceagainstwomenstudydoc.pdf on January 28, 2010.


I-           Nunca hay que confundir. Sexo y género es algo muy diferente
  Imagino ahora que este concepto por el que he estado hablando tiene dos vertientes: una positiva y otra negativa; por ejemplo, si no existiera el género creo que no habría la esencia de cada sexo. Y obvio lo negativo parte en la desigualdad que surge culturalmente entre ambos sexos. Pero es obvio que sexo es una palabra muy diferente que viene ya desde lo natural o biológico y el género es una significación cultural que hace referencia a los distintos roles. A veces yo confundía estos conceptos pero me doy cuenta que se han entrecruzado demasiado y que están muy unidos pero nunca se mezclan. El género se ha tomado como algo normal en donde las diferencias son “naturales”, sin embargo estas diferencias la misma sociedad las ha atribuido.

  Dado que referí al sexo anteriormente, me gustaría mencionar al ejemplo de la intersexualidad que nos da Clifford Geertz (1996). Tres diferentes culturas perciben de una manera tan desigual esta palabra que tiene mucho que ver con la forma en la que fueron educados –estructuras-. Y que dan un patrón en el que te das cuenta de que una palabra tan simple puede llevarnos a actitudes tan distintivas.

   El género nunca va a ser visto de una manera igual para nadie. Ni siguiera para una familia en la que su inculturación fue “parecida”. Ejemplificaría un poco con uno de los ejemplos de mi vida; podría considerar que mi familia es un tanto tradicional pero con ideas nada machistas o distintivas, aunque dado que somos cuatro hijas, siempre las tareas que han sido impuestas para los hombres fueron hechas por mi papá. Obviamente, tuvimos que adaptarnos a muchas cosas gracias a que mi papá trabaja todo el día, aprendí a usar un taladro,  poner el garrafón de agua, entre otras tareas “pesadas”. Entonces, si nosotras –mis hermanas-, nos adaptamos libremente, ¿por qué mi madre llega a tener algunas ideas distintivas, como el pensar que los aretes son únicamente para mujeres?

   Es aquí en donde veo que puedo tener una educación parecida pero que al ser seres humanos nuestra concepción estructural que entiende a los fenómenos culturales como símbolos de contextos estructurados, va a depender del contexto, la generación, la vinculación con los demás, entre muchas cosas más. Por eso, por más que mi madre crea que los hombres pueden usar motocicletas pero las mujeres no, yo no estaré de acuerdo porque sé que una moto es un medio de transporte común y corriente para cualquier sexo. Mis ideas son más contemporáneas y aunque mi mamá sea una persona abierta ya tiene bien incorporados distintos estereotipos que nos ha inculcado a mis hermanas y  a mí, la manera en que nosotras las percibimos es de manera heterogénea.

¿La cultura es parte importante en el concepto de género?

  Ahora bien, creo que es importante ligar un poco el concepto cultura en este escrito ya que me parece fundamental por el hecho de que el género surge de ésta, hablando de su significado diría que Descriptivamente, con la antropología, se entiende que la cultura abarca los conocimientos, la moral, las creencias, las leyes, de lo que el humano es autor. Simbólicamente tendríamos un cambio que va dirigido a que la cultura no es solamente el fenómeno manual que se crea, sino el significado que el autor le da.

 Esta palabra cuenta con una infinidad de significados que enumerarlos sería un trabajo sumamente tardado, por lo tanto, concentrándonos más en lo hablado ya en el siglo XX, vemos la existencia de símbolos, que dicho previamente son el significado que las personas le dan a las cosas. Uniendo con el concepto principal del ensayo, pienso que es incorrectamente llegar a pensar que el género es algo estático o fijo en cada sociedad. Vive en cada persona de acuerdo a lo que para ellos significa y creen de acuerdo a su instinto o experiencia. Todo esto envuelve también al sentido común por las mismas formas interiorizadas que nos dan pautas para percibir la realidad de forma individual.

   Ahora, la cultura es un medio por el cual nosotros -como seres ansiosos por aprender- podemos tener un camino con ciertas reglas de lo que debemos o queremos conocer. Y esto mismo que conocemos alrededor de género se adentra automáticamente en la forma en como nos educan y con la manera en  que la sociedad se ha transformado con paso del tiempo. Los factores sociales como las guerras, la economía, la expansión de territorio, etc. Nos acercaron hacia una nueva forma de conocer, y por lo tanto de percibir la realidad. Esta percepción provocó adecuar de distintas formas estos estándares de educación que son los mismos que ahora nos  marcan nuestra cultura y por lo tanto la manera de establecer estándares hacia lo que denominamos “género”.


    Me gusta la idea que María Medina colocó en su foro (http://cursos.iteso.mx/mod/forum/discuss.php?d=72004)  acerca de que desde que nacemos llevamos incorporadas ideas que nos educan y nos dicen que algo es “normal” de acuerdo a los colores que la misma cultura impuso. El azul con significado de estabilidad y confianza (hombres) y el rosa como un símbolo de nobleza y romance, (mujeres). Aunque volviendo, no son los colores en sí los que nos representan, sino el significado de ellos. ¿A partir de dónde es importante un color?, como también menciona Gabriel Mestas (http://cursos.iteso.mx/mod/forum/discuss.php?d=72004), el color no nos define, sino que es figurado de acuerdo a lo que en nuestro contexto se ve o se rige.

  Sí, la cultura ya la tenemos interiorizada en nosotros como bien el autor Bourdieu lo ha explicado con su concepto denominado habitus. Este criterio se sumerge dentro de la problemática que hablamos en el ensayo mediante el género; ya que este habitus –incorporación de la cultura- nos dice que es inculcado, reconoce que los sujetos nos hacemos en la sociedad, y que son “esquemas de percepción, valoración y acción” que tienen las personas para hacer frente a su vida cotidiana.
  Esto es, que por más que busquemos ver el género de cierta manera, cada persona tiene su propio habitus que le hace percibir a las cosas como “deben de ser para hombres o mujeres”. Como Miriam Hernández (http://cursos.iteso.mx/mod/forum/discuss.php?d=72225) menciona una percepción gráfica de esto: “¿Han visto los comerciales del día de las madres? -¡Este 10 de Mayo regálale a mamá la lavadora que siempre ha deseado!”. Me pregunto si estos estereotipos terminarán algún día.

I.            ¿Para qué hablar de esto?, ¿será importante?

  Antes de elegir este tema para los trabajos a realizar en la materia de conocimiento y cultura, veía al género como algo que existe pero era un tanto irrelevante, sabía que existe la desigualdad de género pero no encontraba muchos caminos que me llevaran a comprender más acerca de lo que es toda la aglomeración de esto y cómo ciertas lógicas sociales nos construyen un conocimiento hacia algo, ver la realidad de cierta manera.

  Sin duda, ahora veo primordial el estar informado sobre esto. Aunque no nos demos cuenta los problemas que surgen de esta idea están en constante movimiento en la vida de cada uno de nosotros, y si nos gustan o disgustan, nosotros como sociedad somos los que debemos hacer el cambio. Sin embargo aclaro que para que una sociedad modifique su cultura es sumamente difícil dado que se requiere de muchos años. Aunque la visión que tenemos de la realidad puede transformarse constantemente gracias a la manera en que aprendemos, debemos de tener claros los efectos que se provocarían con dichas transformaciones.



   Darme cuenta que en pleno siglo XXI la sociedad cuenta con rígidas reglas explícitas o no acerca del género en la sociedad me asusta, como Eduardo Espejo De Alba (http://cursos.iteso.mx/mod/forum/discuss.php?d=72047) dice: “seguimos con una sociedad con mentalidad vieja”. Sé que es parte de lo que somos, y ninguna persona machista o que haga diferencia de género está mal, porque es ahí en donde entra su habitus, su sentido común y el conocimiento. Juzgarlos sería implantar las estructuras que la sociedad ha impartido.

   Yo no quisiera cambiar las ideas que hay sobre el género, porque hacer eso sería como la imposición que los españoles hicieron al llegar a colonizar a los aztecas pisando su propia cultura. Simplemente creo que debes de estar bien fundamentado en lo que haces o decides hacer no sólo quedándote con las ideas impuestas. Ser una persona abierta a nuevas perspectivas sociales pudiendo analizar todas las estructuras sociales y éticas que viven en nuestro contexto haciendo que percibamos la realidad de cierta manera.



















Bibliografías:

·        Alberto Dafonte Gómez. (2010). Reflexiones teóricas en torno al concepto de género y a las dificultades que plantea su aplicación en la investigación sobre contenidos televisivos. http://www.unav.es/fcom/comunicacionysociedad/es/articulo.php?art_id=353 (Consultado 21 de Febrero del 2014)


·        Thompson, J. (2002) Ideología y cultura moderna. México: UAM. pp. 183-240

·        Patricia Safa Barraza. CIESAS Occidente. El concepto de habitus de Pierre Bourdieu y el estudio de las culturas populares en México. http://www.cge.udg.mx/revistaudg/rug24/bourdieu3.html (Consultado 21 de Febrero del 2014)

·        Giménez, G (2006) Teoría y análisis de la cultura. México: CONACULTA pp. 66-87

·        Gritz, C. (1983) Conocimiento local: ensayos sobre la interpretación de las culturas. Pp. 93-105.

·        Christlieb, P (1993) El conocimiento encantado. Pp. 119-124.


·        Scala, J (2010) Antecedentes históricos y culturales de la ideología del género http://es.catholic.net/sexualidadybioetica/352/967/articulo.php?id=50867 (Consultado el 27 de Enero del 2014)

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