Una sociedad se rige de varias reglas o estructuras
que forman distintas culturas, éstas tienen sus propias características que
unidas forman una identidad. Estos símbolos representan una gran acumulación de
conocimiento; concepto tan abstracto planteado por
Christlieb (1993) que figura no sólo las ideas que podemos
investigar y retener en nuestro cerebro,
sino que también reflejan nuestra relación con la realidad exterior. Pero, ¿a
qué viene este planteamiento?, dado que la realidad la construimos como seres
sociales que vivimos dentro de una relación mutua, y que ésta se establece entre hombres y mujeres; plantearé que
este conocimiento aculturado –proceso en el que una persona cambia su cultura
de manera involuntaria- puede hasta cierto punto crear en muchos de los casos,
una conexión existente de diferentes inequidades o distinciones que la misma
cultura social,
ha formado desde la creación dentro del género.
Primordialmente me centraré en los problemas
actuales que surgidos desde siglos y siglos atrás vienen formando diversos
conocimientos e ideas en la sociedad en el tema del género. Además de plantear distintas ideas que surgen a partir de
cómo estos conocimientos generan nuevos problemas en las personas provocando
una reacción o una cultura nueva con nuevos conocimientos dentro de temas
específicos.
Ahora,
debería de mencionar el concepto de género, dado que dentro del ensayo será
usado como principal idea. Según la Real Academia Española, este concepto
representa a todo el
conjunto de seres que tienen uno o varios caracteres comunes. Pero ahora viéndolo
un poco más social, una de las definiciones más completas de género es la
desarrollada por Marta Lamas (2002) quien lo define como “el conjunto de
prácticas, creencias, representaciones y prescripciones sociales que surgen
entre los integrantes de un grupo humano en función de una simbolización de la
diferencia anatómica entre hombres y mujeres”.
Luego, para
Lerner (1986), Rubin (1997), West y Zimmerman (1999), Ramírez (2002), entre
otros, el género es producto de la
cultura, que se transcribe, entre otras cosas, en una identidad que los
individuos adquieren a través de la socialización,
pues esto determina la forma en que se relacionan con la naturaleza y el mundo
social que los rodea.
Pero también, uniendo ahora que el concepto
además de ser un poco desigual, también se refleja que ha dependido mucho de la
sociedad para que éste tenga un significado como lo conocemos hoy. Esta
socialización, podría llamarse como una institución
que controla el comportamiento humano estableciendo pautas definidas que lo
canalizan en una dirección determinada (Berger y Luckmann pp.2) Entonces, ¿el género es sólo un patrón que se establece con el
propósito de una interacción exitosa? Me imagino ahora que sí.
Entiendo ahora que el género ha tenido una
evolución en cuanto a su significado, desde una construcción que se basa en una
diferencia sexual hasta otra más sociológica. Esta concepción inicia de la
década de los cincuenta cuando el investigador John Money (1955) propuso el término
“roles de género” para describir el conjunto de conductas atribuidas a los
varones y las mujeres.
Pero, ¿por qué evoluciona?, bueno, pues es
evidente que el progreso del concepto se liga al desarrollo que la misma
sociedad ha tenido alrededor de lo que conoce. Nuestra vida ha evolucionado en cuanto a las constantes formas de
pensar y actuar determinadas al tiempo y contexto en el que las vivimos. Las percepciones de ver el mundo no
son las mismas desde los siglos pasados y junto con ellas las sensaciones de
ver y entender la realidad.
Viajando desde la Prehistoria, la Edad Media,
el Renacimiento y la edad contemporánea, el género como tal se transformó no
solo de actitud –discriminación hacia las mujeres, poder del hombre- sino también de conocimiento y realidad del
ser humano.
Retomando, menciono de nuevo a Christlieb (1993),
en donde ligaría de un modo que el conocimiento junto con sus dos factores
–sujeto y objeto- están dentro del campo del
género, en donde un hombre o mujer son los sujetos que viven y dan sentido
a sus acciones, pero también existe la vida y el mundo en donde estos sujetos
tienen pensamientos y acciones que forman una realidad y son los que le dan un
sentido a que el concepto género exista. Sin esta relación creo que
difícilmente una idea como la que surge: hombres usan azul y mujeres rosa;
exista por sí sola.
Al estar
elaborando este ensayo, surgen diversas ideas en mí que me hacen preguntarme
acerca de las grandes diferencias entre dichos sujetos –hombre y mujer-. De
hecho, pensaría a primera instancia que estas acciones que tomamos surgen por
sí solas, pensar que el sexo fuerte es el hombre y que la mujer es la que
debería de tener miedo, son estereotipos que tomamos por hechos desde que
nacemos. Pero ahora creo que no.
Cuando leí
al conocido padre de la antropología simbólica
del siglo XX Clifford Geertz (1996), pude analizar acerca del sentido común y
de cómo se ve incorporado en las personas como una capacidad en el que pueden
juzgar no razonablemente las cosas mediante las estructuras simbólicas en las
que vives. Por eso, si tú creciste estructurado de una manera en la que los
hombres no usan falda, de manera consciente o no, tú sabes que sólo las únicas
portadoras de esta vestimenta son las mujeres. Este sentido común lo tenemos
incorporado de una manera tan transparente que muchas veces ni siquiera sabemos
que existe. Pero éste surge de nuestros instintos, percepciones, experiencias y
necesidades que nos llama a una valoración de lo que es nuestra propia
realidad.
Cambiando un poco la idea, quiero destacar que “el género pudo llegar a
existir mediante la repetición continuada de actos individuales que acabaron
convirtiéndose en norma” (Judith Butler, 1990: ) reforzando esta idea,
mencionaría a mi compañera Fabiola López con su comentario en el foro: “… el
momento en el que se originó la idea de género y como se ha ido penetrando en
las sociedades hasta el punto de crear ciertas “reglas” o “convenciones” en
relación al uso de rosa y azul (juguetes, vestimentas, objetos, etcétera)” (http://cursos.iteso.mx/mod/forum/discuss.php?d=72174).
Concuerdo
con estas relaciones, ¿por qué nosotros como sociedad llegamos a tener algún
código que nos diga desde que nacemos, qué es lo que podemos tener o lo que
tenemos hacer de acuerdo con la diferencia sexual?, -aunque aquí entré en un
juicio de valor y generalicé- Estos
problemas germinan en la mayoría de las sociedades Occidentales, sin dejar de
lado a los Orientales que en mi punto de vista, se ven con rigurosas ideas
machistas o distintivas gracias a las tradiciones que llevan consigo.
Tocando el
tema de la desigualdad en el concepto de género, pondría de ejemplo Alexandra Scott
(2010), que en muchas partes de la India y Asia del Sur, hay una fuerte preferencia por los hijos varones. A
las niñas se les puede percibir como una carga económica debido a su meno
contribución hacia los ingresos y el alto coste de las exigencias de las dote;
además, en la República de Corea, el 30 por ciento de los embarazos en los que
se identificaron fetos femeninos fueron interrumpidos. En contraste, más del 90
por ciento de los embarazos en los que se identificaron fetos masculinos
concluyeron con un nacimiento normal. 1
1 UN
General Assembly, 61st Session. Secretary
General’s Study on Violence Against Women. Accessed from
http://www.un.org/womenwatch/daw/vaw/violenceagainstwomenstudydoc.pdf on
January 28, 2010.
I-
Nunca hay
que confundir. Sexo y género es algo muy diferente
Imagino ahora que este concepto por el que he
estado hablando tiene dos vertientes: una positiva y otra negativa; por
ejemplo, si no existiera el género creo
que no habría la esencia de cada sexo. Y obvio lo negativo parte en la
desigualdad que surge culturalmente entre ambos sexos. Pero es obvio que sexo es una palabra muy diferente que
viene ya desde lo natural o biológico y el género es una significación cultural
que hace referencia a los distintos roles. A veces yo confundía estos conceptos
pero me doy cuenta que se han entrecruzado demasiado y que están muy unidos
pero nunca se mezclan. El género se ha tomado como algo normal en donde las
diferencias son “naturales”, sin embargo estas diferencias la misma sociedad
las ha atribuido.
Dado que
referí al sexo anteriormente, me gustaría mencionar al ejemplo de la
intersexualidad que nos da Clifford Geertz
(1996). Tres diferentes culturas perciben de una manera tan desigual esta
palabra que tiene mucho que ver con la forma en la que fueron educados –estructuras-.
Y que dan un patrón en el que te das cuenta de que una palabra tan simple puede
llevarnos a actitudes tan distintivas.
El género nunca va a ser visto de una manera igual para nadie. Ni
siguiera para una familia en la que su inculturación fue “parecida”.
Ejemplificaría un poco con uno de los ejemplos de mi vida; podría considerar
que mi familia es un tanto tradicional pero con ideas nada machistas o
distintivas, aunque dado que somos cuatro hijas, siempre las tareas que han
sido impuestas para los hombres fueron hechas por mi papá. Obviamente, tuvimos
que adaptarnos a muchas cosas gracias a que mi papá trabaja todo el día,
aprendí a usar un taladro, poner el
garrafón de agua, entre otras tareas “pesadas”. Entonces, si nosotras –mis
hermanas-, nos adaptamos libremente, ¿por qué mi madre llega a tener algunas
ideas distintivas, como el pensar que los aretes son únicamente para mujeres?
Es aquí en donde veo que puedo tener una educación parecida pero que al
ser seres humanos nuestra
concepción estructural que entiende a los fenómenos culturales como símbolos de
contextos estructurados, va a depender del contexto, la generación, la
vinculación con los demás, entre muchas cosas más. Por eso, por más que mi
madre crea que los hombres pueden usar motocicletas pero las mujeres no, yo no
estaré de acuerdo porque sé que una moto es un medio de transporte común y
corriente para cualquier sexo. Mis ideas son más contemporáneas y aunque mi
mamá sea una persona abierta ya tiene bien incorporados distintos estereotipos
que nos ha inculcado a mis hermanas y a
mí, la manera en que nosotras las percibimos es de manera heterogénea.
¿La cultura es parte importante en el concepto de género?
Ahora bien,
creo que es importante ligar un poco el concepto cultura en este escrito ya que
me parece fundamental por el hecho de que el género surge de ésta, hablando de
su significado diría que Descriptivamente, con la
antropología, se entiende que la cultura abarca los conocimientos, la moral,
las creencias, las leyes, de lo que el humano es autor. Simbólicamente tendríamos un cambio que va dirigido a que la
cultura no es solamente el fenómeno manual que se crea, sino el significado que
el autor le da.
Esta palabra
cuenta con una infinidad de significados que enumerarlos sería un trabajo
sumamente tardado, por lo tanto, concentrándonos más en lo hablado ya en el
siglo XX, vemos la existencia de símbolos, que dicho previamente son el
significado que las personas le dan a las cosas. Uniendo con el concepto
principal del ensayo, pienso que es incorrectamente llegar a pensar que el
género es algo estático o fijo en cada sociedad. Vive en cada persona de
acuerdo a lo que para ellos significa y creen de acuerdo a su instinto o
experiencia. Todo esto envuelve también al sentido común por las mismas formas
interiorizadas que nos dan pautas para percibir la realidad de forma
individual.
Ahora,
la cultura es un medio por el cual nosotros -como seres ansiosos por aprender- podemos
tener un camino con ciertas reglas de lo que debemos o queremos conocer. Y esto
mismo que conocemos alrededor de género
se adentra automáticamente en la forma en como nos educan y con la manera en que la sociedad se ha transformado con paso
del tiempo. Los factores sociales como las guerras, la economía, la expansión
de territorio, etc. Nos acercaron hacia una nueva forma de conocer, y por lo
tanto de percibir la realidad. Esta percepción provocó adecuar de distintas
formas estos estándares de educación que son los mismos que ahora nos marcan nuestra cultura y por lo tanto la
manera de establecer estándares hacia lo que denominamos “género”.
Me gusta la idea que María Medina colocó
en su foro (http://cursos.iteso.mx/mod/forum/discuss.php?d=72004) acerca de que desde
que nacemos llevamos incorporadas ideas que nos educan y nos dicen que algo es
“normal” de acuerdo a los colores que la misma cultura impuso. El azul con
significado de estabilidad y confianza (hombres) y el rosa como un símbolo de
nobleza y romance, (mujeres). Aunque volviendo, no son los colores en sí los
que nos representan, sino el significado de ellos. ¿A partir de dónde es
importante un color?, como también menciona Gabriel Mestas
(http://cursos.iteso.mx/mod/forum/discuss.php?d=72004), el color no nos define,
sino que es figurado de acuerdo a lo que en nuestro contexto se ve o se rige.
Sí, la
cultura ya la tenemos interiorizada en nosotros como bien el autor Bourdieu lo
ha explicado con su concepto denominado habitus.
Este criterio se sumerge dentro de la problemática que hablamos en el ensayo
mediante el género; ya que este habitus –incorporación de la cultura- nos dice
que es inculcado, reconoce que los sujetos nos hacemos en la sociedad, y que
son “esquemas de percepción, valoración y acción” que tienen las personas para
hacer frente a su vida cotidiana.
Esto es,
que por más que busquemos ver el género de cierta manera, cada persona tiene su
propio habitus que le hace percibir a las cosas como “deben de ser para hombres
o mujeres”. Como Miriam Hernández (http://cursos.iteso.mx/mod/forum/discuss.php?d=72225)
menciona una percepción gráfica de esto: “¿Han visto
los comerciales del día de las madres? -¡Este 10 de Mayo regálale a mamá la
lavadora que siempre ha deseado!”. Me pregunto si estos estereotipos terminarán
algún día.
I.
¿Para qué hablar de esto?, ¿será importante?
Antes de elegir este tema para los trabajos a realizar en la materia de
conocimiento y cultura, veía al género como algo que existe pero era un tanto
irrelevante, sabía que existe la desigualdad de género pero no encontraba
muchos caminos que me llevaran a comprender más acerca de lo que es toda la
aglomeración de esto y cómo ciertas lógicas sociales nos construyen un
conocimiento hacia algo, ver la realidad de cierta manera.
Sin duda,
ahora veo primordial el estar informado sobre esto. Aunque no nos demos cuenta
los problemas que surgen de esta idea están en constante movimiento en la vida
de cada uno de nosotros, y si nos gustan o disgustan, nosotros como sociedad
somos los que debemos hacer el cambio. Sin embargo aclaro que para que una
sociedad modifique su cultura es sumamente difícil dado que se requiere de
muchos años. Aunque la visión que tenemos de la realidad puede transformarse
constantemente gracias a la manera en que aprendemos, debemos de tener claros
los efectos que se provocarían con dichas transformaciones.
Darme cuenta que en pleno siglo XXI la sociedad cuenta con rígidas
reglas explícitas o no acerca del género en la sociedad me asusta, como Eduardo
Espejo De Alba (http://cursos.iteso.mx/mod/forum/discuss.php?d=72047) dice: “seguimos con una
sociedad con mentalidad vieja”. Sé que es parte de lo que somos, y ninguna
persona machista o que haga diferencia de género está mal, porque es ahí en
donde entra su habitus, su sentido
común y el conocimiento. Juzgarlos sería implantar las estructuras que la
sociedad ha impartido.
Yo no quisiera cambiar las ideas que hay sobre el género, porque hacer
eso sería como la imposición que los españoles hicieron al llegar a colonizar a
los aztecas pisando su propia cultura. Simplemente creo que debes de estar bien
fundamentado en lo que haces o decides hacer no sólo quedándote con las ideas
impuestas. Ser una persona abierta a nuevas perspectivas sociales pudiendo
analizar todas las estructuras sociales y éticas que viven en nuestro contexto
haciendo que percibamos la realidad de cierta manera.
Bibliografías:
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(Consultado 21 de Febrero del 2014)
·
Alberto Dafonte Gómez. (2010). Reflexiones teóricas en torno al concepto de género y
a las dificultades que plantea su aplicación en la investigación sobre
contenidos televisivos. http://www.unav.es/fcom/comunicacionysociedad/es/articulo.php?art_id=353 (Consultado 21 de Febrero del 2014)
·
Thompson, J. (2002) Ideología y cultura moderna. México: UAM. pp. 183-240
·
Patricia
Safa Barraza. CIESAS Occidente. El concepto
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Giménez, G (2006) Teoría y análisis de la cultura.
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·
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·
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J (2010) Antecedentes históricos y culturales de la ideología del género http://es.catholic.net/sexualidadybioetica/352/967/articulo.php?id=50867 (Consultado el 27 de Enero
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